Ciencia-empresa, la suerte está echada

En una provincia de alto potencial agrícola como Ciego de Ávila y con centros de investigación de renombre, se supone que los resultados de la ciencia lleguen de manera expedita al campo y a las empresas, para luego traducirse en más y mejores producciones. Pero no siempre sucede así y, a veces, ciencia, tecnología e innovación son conceptos que se muerden la cola.

El tema no es nuevo, por más que en los últimos años hayamos asistido a un “re-descubrimiento” de su papel en la economía y la sociedad, al mismo tiempo que se exteriorizaban trabas, impactos sin medir a cabalidad, investigaciones engavetadas, falta de disciplina tecnológica y financiamiento, y la disyuntiva de que quien produce puede ganar mucho más que el centro patentizador del resultado científico.

Entonces cambiar para bien ha sido casi obligación en un contexto en el que las empresas tienen mayor autonomía y sus directivos más facultades. De hecho, entre las medidas aprobadas para estimular el fortalecimiento de la empresa estatal socialista está la modificación del procedimiento para financiar las actividades de investigación, desarrollo e innovación, empleándose para estos fines las utilidades después de impuestos, por lo que se consideran una inversión y no gastos. Leer más…