Desde los tiempos en que los aplatanados en estas tierras empezaron a sentirse diferentes, aun cuando todavía no se identificaran como cubanos, transcurrieron las conspiraciones y los alzamientos fallidos en contra de los amos de turno. Pero entonces, como siglos después, las divisiones y contradicciones de los rebeldes facilitaron las ejecuciones en la horca, los fusilamientos, las torturas, los linchamientos, largas penas en prisión, destierros…
Cuba aprendió. Pero no fue aprendizaje de un día, un mes, un año, una década, ni siquiera de un siglo.
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