Desde aquel 7 de abril, cuando naciste, la patria quedaría iluminada, para siempre, con la luz de tu sonrisa. Trajiste tanto de sencillez y carisma, que tu presencia se estamparía, alegre y cálida, en la memoria de tu pueblo.

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Cómo no recordarte, mujer de excepcional estirpe, inmejorable ser humano, dulce protectora de los humildes, guerrera incansable. Impregnaste de gloria, con tu ejemplo, el lugar conquistado por el brazo femenino en el intenso batallar por la definitiva libertad de Cuba.

Leer más Mujer cubana con la luz ejemplar de Vilma Espín en Periódico Universitario.